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DIRECCIÓN TÉCNICA

83

MODERNIZACIÓN DE LAS

VEGAS BAJAS DE JAÉN,

UNA INVERSIÓN DE FUTURO

R E P O RTA J E

L

as garantías de agua son sinónimo de

futuro en el campo andaluz. Las pecu-

liaridades del clima mediterráneo que

prevalece en la cuenca del Guadalquivir,

con temperaturas templado-cálidas y en

el que se suceden ciclos secos y húmedos

periódicamente, ha marcado la estrecha

relación existente entre la agricultura y el

agua. Ante esta realidad, el regadío se ha

ido configurando como la respuesta a un

sector agrario que requiere de la diversi-

ficación de sus cultivos y de la necesidad

de dar continuidad a los mismos a pesar

de los cambios estacionales.

A lo largo de los últimos 20 años, en la

cuenca del río Guadalquivir la superficie de

riego ha aumentado considerablemente.

En el año 1992 se estimó que la superficie

total de riego en la cuenca del Guadalqui-

vir era de 443.024 hectáreas, identifican-

do además 70.000 hectáreas de riego de

olivar que deberían regularizarse en el

2012, y otras 7.000 hectáreas de actuali-

zación de concesiones; es decir, el total

de la superficie de riego en la cuenca era

de unas 520.000 hectáreas. En aquel mo-

mento, el consumo de agua se estimaba

en 2.900 hm

3

anuales.

En la actualidad, existen 883.083 hec-

táreas transformadas en regadío en la

cuenca del Guadalquivir, de las cuales se

riegan 854.056 hectáreas. Sin embargo, el

consumo de agua a día de hoy es de 3.400

hm

3

anuales.

Es decir que, a pesar de que la superficie

regada prácticamente se ha duplicado, la

demanda de agua sólo ha crecido un 17%.

La explicación a esta drástica reducción

en los consumos de agua se debe, en gran

medida, a que en el incremento de la su-

perficie regable ha predominado el cultivo

del olivar, que requiere menos dotación

Apesar de que la superficie

regada prácticamente se ha

duplicado, la demanda de agua

sólo ha crecido un 17%.