La CHG y los regantes buscan soluciones a la presencia de los briozoos en la cuenca del Guadalquivir

06 marzo 2014

El Organismo de cuenca impulsa estudios para la detección y control de esta especie e impulsa proyectos piloto para la búsqueda de soluciones.

Importante respaldo por parte de los regates a la iniciariva.

Importante respaldo por parte de los regates a la iniciariva.

6 de marzo de 2014.- La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha celebrado hoy una jornada con las comunidades de regantes para tratar la problemática que está suscitando la presencia de los briozoos en la cuenca del Guadalquivir actualmente y presentar un manual de buenas prácticas destinado a las comunidades de regantes para la detección y eliminación de los mismos en las instalaciones afectadas.

Durante su intervención, Rafael Álvarez, comisario de aguas de la CHG, ha  afirmado que ¿la Confederación es sensible a la voz de alarma del usuario. Fruto del compromiso adquirido ante la problemática detectada en algunas comunidades de regantes se ha elaborado el manual que hoy se presenta¿.
Verónica Gross, Jefa de Servicio de Estudios Medioambientales de la CHG,  ha expuesto que ¿se trata de una especie muy resistente y de la cual no existe ninguna información, ya que no hay antecedentes en ninguna otra cuenca hidrográfica¿.

Por ello, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha impulsado dos líneas de actuación consecutivas. En primer lugar, se han realizado unos trabajos previos de análisis y detección de zonas con especial riesgo en toda la cuenca del Guadalquivir. Para ello se seleccionaron 30 puntos de muestra, de los cuales 17 dieron positivo respecto a la presencia de los briozoos. A raíz de estos trabajos se ha detectado especial presión en la zona del medio y del bajo Guadalquivir y en la desembocadura del río Genil. El principal problema se ocasiona en las infraestructuras de riego ya que los briozoos encuentran superficies en las que adherirse y poder colonizar y ocasionan la obturación de las mismas.

A continuación, la CHG va a impulsar una serie de proyectos piloto para la búsqueda de soluciones efectivas y realizará labores de seguimiento y control de estas poblaciones para mejorar el nivel de conocimiento de las mismas. Estos estudios se van a centrar especialmente en los embalses de Bermejales, Iznájar, Cordobilla, Cubillas, Breña II, San Rafael de Navallana, Guadalmena y Rumblar.

Por otro lado, se ha destacado también la presencia del mejillón cebra en diversos puntos de la cuenca, otra especie invasora de la que existe mayor conocimiento acerca de su ciclo de reproducción y de los efectos negativos que puede ocasionar.

El comisario de aguas ha destacado que la CHG retomó el estudio de esta especie tras reasumir las competencias en la gestión del Guadalquivir que habían sido transferidas a la comunidad autónoma entre los años 2009 y 2011. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha impulsado dos líneas de actuación también en lo que respecta a la presencia del mejillón cebra. En primer lugar se va a profundizar en el análisis y estudio del ciclo larvario de esta especie en la cuenca del Guadalquivir, ya que puede variar respecto a su desarrollo en otras cuencas hidrográficas, y se va a desarrollar una guía de identificación, tratamiento y eliminación destinada a los usuarios, al igual que se está haciendo con los briozoos.

El control de las especies invasoras en la cuenca del Guadalquivir es una cuestión de gran trascendencia para el organismo de cuenca, por lo que el comisario de aguas ha subrayado el compromiso existente en la materia por parte de la CHG.

¿QUÉ ES UN BRIOZOO?
Se trata de organismos coloniales, fijados a un sustrato que se detectan generalmente incrustados en rocas, plantas o conchas. Son de pequeño tamaño, que varía según la especie. Los individuos de las colonias presentan formas diferentes (de caja, óvalo o tubulares), dependiendo de la especie a la que pertenezcan.  Existen unas 4.000 especies de las cuales la mayoría son de aguas marinas y solo unas 50 especies son de agua dulce. En la cuenca hidrográfica del Guadalquivir se han detectado tres especies: Plumatella sp., Urmatella cf. gracilis y Paludicella articulata.

Descarga el Manual de buenas prácticas en instalaciones afectadas por briozoos