DIRECCIÓN TÉCNICA
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MODERNIZACIÓN DE LAS
VEGAS BAJAS DE JAÉN,
UNA INVERSIÓN DE FUTURO
R E P O RTA J E
L
as garantías de agua son sinónimo de
futuro en el campo andaluz. Las pecu-
liaridades del clima mediterráneo que
prevalece en la cuenca del Guadalquivir,
con temperaturas templado-cálidas y en
el que se suceden ciclos secos y húmedos
periódicamente, ha marcado la estrecha
relación existente entre la agricultura y el
agua. Ante esta realidad, el regadío se ha
ido configurando como la respuesta a un
sector agrario que requiere de la diversi-
ficación de sus cultivos y de la necesidad
de dar continuidad a los mismos a pesar
de los cambios estacionales.
A lo largo de los últimos 20 años, en la
cuenca del río Guadalquivir la superficie de
riego ha aumentado considerablemente.
En el año 1992 se estimó que la superficie
total de riego en la cuenca del Guadalqui-
vir era de 443.024 hectáreas, identifican-
do además 70.000 hectáreas de riego de
olivar que deberían regularizarse en el
2012, y otras 7.000 hectáreas de actuali-
zación de concesiones; es decir, el total
de la superficie de riego en la cuenca era
de unas 520.000 hectáreas. En aquel mo-
mento, el consumo de agua se estimaba
en 2.900 hm
3
anuales.
En la actualidad, existen 883.083 hec-
táreas transformadas en regadío en la
cuenca del Guadalquivir, de las cuales se
riegan 854.056 hectáreas. Sin embargo, el
consumo de agua a día de hoy es de 3.400
hm
3
anuales.
Es decir que, a pesar de que la superficie
regada prácticamente se ha duplicado, la
demanda de agua sólo ha crecido un 17%.
La explicación a esta drástica reducción
en los consumos de agua se debe, en gran
medida, a que en el incremento de la su-
perficie regable ha predominado el cultivo
del olivar, que requiere menos dotación
Apesar de que la superficie
regada prácticamente se ha
duplicado, la demanda de agua
sólo ha crecido un 17%.